Papel mojado

Tener un proyecto educativo consensuado y compartido en el centro es fundamental. Tenemos que tener claro qué buscamos, hacia dónde y cómo vamos. Tenemos que tener claro qué escuela nos gustaría: qué enfoque metodológico queremos seguir, qué nivel de participación van a tener nuestras familias, cómo vamos a evaluar, cómo y quiénes toman las decisiones, cómo se deciden y definen los presupuestos económicos del cole, qué ideas sobre el aprendizaje y sobre cómo se aprende tenemos…

Todas estas ideas que pueden resultar más o menos coherentes sobre el papel (aunque en ocasiones no llegan ni siquiera al mismo), muchas veces se quedan allí.

Tenemos que creer en las ideas y establecer las condiciones necesarias para que todas ellas se den.

A veces no se convierten en realidad simplemente porque no nos las creemos, otras porque no se nos permite construir juntos (faltan tiempos para compartir y crear), otras porque los presupuestos del colegio no respaldan las medidas que se plantean, otras porque la rutina y las costumbres pueden más que ellas, otras por comodidad, otras porque el día a día nos puede, otras por miedos que llevan a oponer resistencias férreas.

El camino parece sencillo. Empecemos por creernos las ideas y generemos espacios para el diálogo y el análisis de lo que hacemos y de cómo lo hacemos. Tengamos actitud de escucha y de construcción compartida. Y por supuesto, tengamos buena memoria: no nos olvidemos de las ideas.

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